Los personajes son el objeto y el sujeto de la obra. Dejan su perfil,
su huella tal como son. Atrapo parte de su esencia en mi pintura. Su espíritu
queda inmortalizado a través del artista siendo observados y deseados por ojos
occidentales.
Contornos
humanos sacados de su medio y exhibidos en la tierra prometida. Los niños, allí
en sus aldeas, en su tierra como promesas de continuidad, siguen mirando el
cielo, el mar, otros horizontes, un paraíso artificial entre la memoria y el
deseo, entre su edén y el infinito. "Quedaos allí yo os traslado. Seréis
un cuadro como un tótem, con miedos y alegrías, desafiando la belleza
inexplicable. Inevitablemente vivimos en un mundo material y sólo somos capaces
de compre
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